Influencer… Influencer… Hubo un tiempo en el que había gente con inquietudes que llevados por su necesidad de enseñar, mostrar, compartir sus vivencias, experiencias o descubrimientos se abrían cuentas en plataformas de blogs para así escribir lo que realmente les apetecía y después compartirlo con el mundo. No se esperaba nada más e ilusionaba cualquier comentario, sugerencia y persona que veía aquel artículo.
Hubo otro tiempo, posterior, en el que algunas personas se pensaba que abrían un blog y estaban descubriendo un mundo al resto de la humanidad. Se pensaban originales, diferentes y, sobre todo, comenzaron a tener una legión de seguidores notables que les hacia cargar una mochila de ego a punto de reventar. Amiguis, ese es el momento en el que parece que nace el concepto de Influencer.
Pero no hay que equivocarse, el concepto influencer no se puede sólo indicar como un estigma en el mundo de las redes sociales donde bloggers, Instagramers, Viners y demás lugares virtuales son alzadas al techo de la fama. Una fama que, como todo el mundo sabe, es efímera. Ya lo decía Andy Warhol que en esta vida todo el mundo debería tener sus 15 minutos de fama pero esos 15 minutos a día de hoy pueden tener unos nuevos parámetros.
Los influencers también son todos aquellos que consideran que es arte o que es, como se dice habitualmente, «una tirada de moco». Que tipo de ropa que se pasea por algunas de las pasarelas más conocidas del mundo es «cool», «trendy» y cuales no merecen la pena. También son aquellos que se encargan de elogiar algunos libros y de lanzar otros a la hoguera… incluso por el hecho de no ser publicados por las editoriales y optar por la autoedición. ¿Una persona o grupo que es capaz de controlar que es lo que es tendencia en una sociedad donde la diversidad está a la orden del día? Sí.
Según algunos informes los influencers, los de las redes sociales, empiezan su capa caída. ¿Eso qué significa? Algo tan sencillo como que las marcas empiezan a ver que esta serie de personas no son tan influyentes como parecen o que lo hacen en un sector mucho más pequeño que no les reporta los beneficios esperados.
Pero más importante que estas personas, que al fin y al cabo han conseguido vivir de lo que hacen algunos con talento y merecido (¡Sobrevivid!) y otros que son carne de cañón del mismo público cuya aspiración es ser una celebrity. Celebrity por haber ido a algún reality o frikada. Creo que más importante es romper el huevo de la decisión de ciertos sectores «expertos» en la tendencia de música, libros, cuadros y demás conceptos artísticos.
Pero no, parece que todavía no es su tiempo pero dejen tiempo al tiempo. Sólo tiempo al tiempo. No hay que impacientarse simplemente disfrutar de una de las que será las caídas desde una de las torres más altas. Una vez desenmascarados veremos quien realmente es un artista y quien simplemente es una pose en Instagram.
Lo cantaba Tina Cousins con Sash! son tiempos misteriosos… pero hay investigadores encargados de solucionar los casos más complicados.