Ya que vas a París no vas a comer en un masdonalds, antonia, sería poco menos que un sacrilegio, aunque bueno, si es una cuestión de economía, se te puede perdonar.
Pero si la cosa no está tan mal, y ya que te vas de viaje a París, que es en sí mismo un capricho, te recomiendo que pases por el restaurante Macéo.
En pleno quartier japonais, junto al Palais-Royal, se encuentra uno de los restaurantes más refinados de París. No es necesario preguntar si la clientela tiene un nivel adquisitivo alto, porque con echar un vistazo a cualquiera de las mesas alrededor puedes ver caballeros con trajes realizados evidentemente a medida, señoras con joyas, bolsos y abrigos carísimos… y un montón de chófers en la puerta, junto a impresionantes coches con los cristales tintados.
La educación y la amabilidad han sido la tónica general en todos los sitios donde hemos ido a comer, cenar o desayunar en París. El Macéo no ha sido una excepción. A pesar de que nuestro aspecto se daba de bofetadas con el del resto de los comensales (que no es que nos lleváramos puesto un chándal, pero tampoco íbamos vestidos como para una reunión con Sarkozy, como aparentaban los demás), nos llevaron al comedor principal y no a la zona junto a la entrada, reservada para comidas más informales.
Un gesto que les agradezco más aún porque de la diversión (parte de MI diversión) era observar a los demás, su aspecto, su manera de hablar, de vestir… Me encanta observar. Después de la compañía, y a veces incluso por encima de la comida, para mí la diversión de un viaje es la observación de los modos y costumbres de otros lugares. La manera de anudar un pañuelo, de llevar una chaqueta, una combinación de colores inesperada… También juego a descubrir en qué complemento se esconde una marca, pero como parte de la diversión, algo así como «buscando a Wally».
Pero estoy hablando de un restaurante, así que hablaré de la comida.
Menú: Mouvements ‘Au Vert’. Crocante de queso de cabra a las hierbas con pimientos confitados, para los dos, de primero. Como plato principal escogí ñoquis de arroz frito, perfumados al pesto y mi chico un risotto de arroz arborio, con crujiente de calabacín y emulsión de champiñones. De postre, para él quesos; para mí dulce. Todo buenísimo y con una presentación acorde a la elegancia del establecimiento.
Bebida: Dos cervezas y un excelente vino de la zona de Medoc, Domaine Philippe Gilbert, Menetou-Salon 2010.
Precio: 129 euros
Restaurant Macéo
15 rue des Petits Champs
75001 Paris
VALORACIÓN
(1 a 5, siendo 5 la valoración máxima)
pd (sí, es increíble que tengan una página web tan cutre)